Eso debieron pensar los nuevos responsables de llevar a cabo
el proyecto “The Amazing Spiderman” Cuando llegó a sus manos. Marc Webb tuvo
que afrontar el reto de rediseñar a nuestro amigo y vecino Spiderman mejorando
las versiones hechas por el señor Raimi, cuyo trabajo es altamente cuestionable,
si bien en nuestra opinión, ha recibido más críticas de las necesarias.
De esta forma se canceló el proyecto de Spiderman 4 y se
lanzaron de cabeza a esta nueva producción, desechando todo el reparto original
de actores y actrices y manteniendo únicamente al incombustible Stan Lee (cuyas
apariciones en las películas de este género son cada vez más estelares)
Renovados el casting, directores y todo lo renovable, los guionistas
debieron enfrentarse al difícil caso de estrenar un nuevo enemigo para nuestro
superhéroe favorito. Por supuesto para nosotros pobres mortales alejados de las
grandes reuniones de las productoras y del todopoderoso mundo del marketing, la
idea se nos antojaría fácil y rápida, dada la increíble proliferación de
grandes villanos en el cómic del arácnido. Pero la decisión tuvo que ser de
todo menos fácil. Tratando de huir de todo lo relacionado con las anteriores
entregas, ésta debía contar el principio de la historia de una forma totalmente
distinta, contando lo mismo de una forma enteramente original. Por supuesto
estos principios antagónicos de por sí debían llevarse a cabo a la perfección,
con el fin de que el espectador no fuera al cine y pensase “¿Otra vez lo
mismo?”. Por ello observamos como los guionistas pasaron por alto a los que
podrían ser fácilmente los tres grandes villanos del comic de Stan Lee, es
decir, las sagas dedicadas al Duende Verde, el Doctor Octopuss y Venom (ya
interpretados en las anteriores entregas) y pasaron a escoger un supervillano
más relegado en mi humilde opinión de los demás, el Doctor Curt Connors. Con
todo esto se cumplían todos los requisitos para situar a fans y espectadores
casuales en una atmósfera y un universo totalmente nuevos y ya solamente
faltaba lo más fácil: rodar la película.
Son pocas las objeciones que pueden extraérsele a esta nueva
entrega, especialmente si hacemos la inevitable comparación con las anteriores,
de la que trataremos de alejarnos por ahora.
En los que se refiere al argumento y al guión, cómo ya hemos
dicho, el principio de esta nueva entrega debía contar de nuevos los inicios
del superhéroe, sin duda una de las partes que más gusta a espectadores y fans,
de forma que se asemejara a cualquiera de las tramas llevadas a cabo en las
diferentes ediciones del cómic, pero otorgándole la originalidad que merece una
nueva película. De esta forma nos parece una elección sumamente inteligente la
del Doctor Connors como trama argumental, así como el pasado de los padres de
Peter Parker, que siempre tiene mucho éxito dentro del cómic. Las tramas
relacionadas con el suero desarrollado con el Doctor Connors, la investigación
de los padres de Parker entremezcladas con la creación de la araña más famosa
del cine, le otorgan una gran profundidad a la historia, así como una alta
probabilidad de desarrollo de otras entregas. Así como la introducción de Gwen
Stacy como romance inicial, que no cuenta con nuestra confianza inicial
acostumbrados a Mary Jane Watson, pero consigue hacerse un hueco perfecto en
esta nueva adaptación.
Además, observamos como la película tiene una carga de guión
un tanto ligera, si bien las conversaciones entre los personajes no se vuelven
en absoluto pesadas, sino que son ágiles y mantienen nuestra atención, a pesar
de un par de interacciones un tanto previsibles sembradas de tópicos (aunque
claro, es una película de superhéroes y es lo que buscamos).
En lo referido a la adaptación al cómic en sus escenas de
acción y carácter de los personajes, vemos al Peter Parker tímido y torpe en
sus relaciones humanas, genio y figura con las ciencias y las mates y
sarcástico rebelde y descarado en su papel de Spiderman, despertando ternura y
simpatía en el espectador. Un carácter bien llevado por el actor Andrew
Garfield que combina perfectamente con la interpretación de Emma Stone en el
papel de Gwen Stacy. Una nueva visión de éste personaje que ya nos tiene acostumbrados
en los cómics a numerosas versiones o caracteres y que en la película han
optado por su visión más clásica, funcionando a la perfección.
Las escenas de acción, adquieren un nuevo enfoque,
presentándonos al Spidey humorístico al que nos tiene acostumbrados el cómic,
combinadas con una estética parkour que retratan a la perfección al
personaje. La decisión de retomar al Spiderman de los lanzadores automáticos de
redes, le acerca más aún al cómic en lo que a las escenas de lucha se refiere,
en las que observamos que no se convierten en luchas normales de tortazos,
lanzamientos de objetos y puñetazos limpios, sino que las redes están presentes
continuamente en las escaramuzas, convirtiéndolas en escenas ágiles, confusas y
divertidas que harán las delicias de los amantes de la acción.
Todas estas características, sumadas a una estética más oscura de a la que estábamos
acostumbrados, junto con los planos de balanceos por la ciudad característicos
del personajes llevados a cabo con una gran eficacia completan la película.
Dentro de nuestro ranking del 1 al 10, siendo el 1 una
aberración contra el cine, las artes, la imaginación y la especie humana y el
10 una obra maestra del cine de todos los tiempos, obra de culto para pequeños
y mayores dignas de ser veneradas como una religión, esta película obtiene un
honorable 7 en nuestro ranking, obteniendo La Formula de un film muy ameno y
entretenido, que apuesta por una trama y una acción que nos mantiene atentos y
que sienta las bases para posibles secuelas que mejoren su nota con creces.
NOTA: 7