Vivíamos en un mundo de
electricidad, dependíamos de ella para todo. Entonces comenzaron a emitir en
NBC una serie de televisión, una serie que nos haría reflexionar sobre todo lo
que ocurriría si perdiéramos esa electricidad, Revolution… Bien pues no lo ha
conseguido.
Revolution, una de las
series que iban a causar sensación esta temporada y que iba a suponer una
“revolución” (siento los juegos de palabras fáciles pero sin no los hago yo
¿Quién iba a hacerlos?) en el panorama seriéfilo actual. J. J. Abrams nos
sorprendía con lo que parecía una nueva gallina de los huevos de oro que tanto
críticos como admiradores del director/productor nos moríamos por ver.
A la moda de los mundos
postapocalípticos creada por The Walking Dead se sumaba un nuevo contrincante
que parecía dispuesto a comerse el mundo. Con unos primeros capítulos muy
aceptables, un buen guión y puesta en escena, Revolution adquirió rápidamente
la fama que se esperaba de ella. Rápidamente los ecos de renovación asolaron
los blogs de series de medio mundo y todo el mundo parecía contento. Sin
embargo, ya fuese por esta renovación o por el “espíritu Disney” que en
ocasiones posee a los productores, da la sensación de que trataron de forzar
demasiado a la gallina de Abrams. Poco a poco y sin que nadie se diera cuenta,
Revolution fue transformando su temática de thriller lineal a un procedimental
de los de toda la vida, en el que los personajes iban recorriendo un mundo
sumido en la oscuridad ayudando a todo hijo de vecino que tuviera problemas con
la Milicia Monroe al puro estilo Robin Hood, siguiendo apenas la trama
principal.
Acabado ya el primer tramo
de la serie habiéndose emitido anoche el episodio número nueve de su primera
temporada, episodio con el que comienza el parón hasta 2013, todo parece
indicar que la serie necesita un lavado de cara importante.
En lo que se refiere a los
actores, encontramos un grupo bastante homogéneo en el que ninguno opta a
grandes aclamaciones por parte de crítica o público, pero que mantienen la
compostura en todo momento. Destacan Billy Burke y Tracy Spiridakos como
protagonistas. Si bien la gráfica de calidad de interpretación de la señorita
Spiridakos parece una montaña rusa, da la sensación de que comienza a tener una
mejoría capítulo a capítulo más constante. Los secundarios mantienen el nivel
de los protagonistas también, pero sin destacar en exceso.
Uno de los mayores
problemas que hemos observado en Revolution, salta a la vista en el momento en
que tratamos de compararla a la otra serie postapocalíptica del momento: The
Walking Dead. No encontramos en Revolution esa profundidad de personajes que
si que parecía asomar brevemente en sus primeros episodios) en relación al
mundo que acaban de perder. Sin bien esto podría achacarse a los quince años
que pasan desde el “apagón”, tampoco encontramos una construcción del mundo
creado en esos quince años.
Por otro lado, hemos de
destacar a los “villanos” de la trama, que no consigue en ningún momento
causarnos excesivo nerviosismo, tratándose de personajes a los que encontramos
más perdidos aún que a los protagonistas. Si bien hay que destacar el papel de
Giancarlo Esposito como el Capitán Tom Neville.
Es por ello, que una de
las grandes promesas de la temporada se ha convertido en una serie de
aventuras/acción corriente sin nada a destacar. Sin embargo, teniendo en cuenta
los dos últimos episodios antes del parón y las posibilidades del guión, así
como la naturaleza de exitosa de Abrams; continuaremos manteniendo nuestra fe
en esta serie en vistas a su arranque en 2013.
Faltan osos polares aquí…