miércoles, 25 de abril de 2012

Los últimos coletazos del proyecto de Abramovich


En los últimos años estamos ya bastante acostumbrados a ser espectadores de los éxitos que cosecha el Chelsea tanto en competiciones domésticas como alcanzando las fases finales de la Champions League, pero no hace tanto, la realidad era bien distinta.


Seamos sinceros, el Chelsea hasta hace algo menos de una década era un equipo bastante irregular, me atrevería a decir que incluso relativamente mediocre, a la sombra de los grandes clubes ingleses como Manchester United, Liverpool o Arsenal, que dominaban la Premier League desde su creación en 1992. Aunque si bien es cierto, que entre esos años de dominio, los “blues” conquistaron una Recopa y Supercopa europeas en 1998, no fue hasta 2003 cuando dejaron de lado ese derrotismo y conformismo con situarse en las plazas con acceso a competición europea para dar un golpe en la mesa y convertirse en uno de los grandes equipos europeos en la actualidad.

Recopa de 1998


Pero, ¿qué cambió para dar ese salto de calidad y resultados? La respuesta es simple, Roman Abramovich. Uno de los oligarcas rusos con mayor fortuna, concretamente a fecha de marzo de 2011 ascendía a 13.400 millones de dólares. Fortuna que utilizó para desarrollar una de sus grandes aficiones, el futbol. No dudó ni un instante y se hizo con el Chelsea en junio de 2003, cancelando la deuda que atesoraban e invirtiendo la cantidad necesaria para lograr un sueño aun no cumplido, ganar la Champions League.

Rápidamente se puso manos a la obra y en ese mismo verano se hizo con 10 jugadores (Glen Johnson, Geremi, Bridge, Duff, Joe Cole, Veron, Mutu, Smertin, Crespo, Makelele) por la nada despreciable cifra de 103 millones de libras. El experimento pronto dio sus frutos, y esa misma temporada acabaron segundos en la Premier League por detrás de un incontestable Arsenal. Ya se habían sentado los cimientos de lo que pronto llegaría.

A la temporada siguiente, otros 7 jugadores llegaron para reforzar y fijar el bloque sobre el que se sustentaría el equipo en las temporadas venideras. Cech, Robben, Paulo Ferreira, Kezman, Drogba, Tiago y Ricardo Carvalho acompañados del reciente campeón de Europa con el Oporto José Mourinho de entrenador llegaron por cerca de otros 100 millones de libras. Ese año si, lograron el ansiado título de la Premier League, revalidándolo a la temporada siguiente sin excesivos problemas. Otro título liguero y tres subcampeonatos más son el bagaje del Chelsea hasta la temporada pasada.

Lampard y Mourinho


Pero la Champions League ha sido otra historia, muy lejos de la superioridad demostrada en los campeonatos locales, el sueño de Abramovich no ha podido cumplirse hasta el momento. Eliminados en semifinales en 2005, 2007 y 2009, octavos en 2006 y 2010, cuartos en 2011 y dos participaciones en la final. Finales que pueden personalizarse en uno de los ilustres nombres de los últimos tiempos. John Terry, quien en la final de 2008 en el estadio moscovita de Luzhniki disponía del penalti que de haber marcado hubiera supuesto la victoria del Chelsea, sufrió un resbalón que le hizo fallar dicho penalti, posteriormente el Manchester United acabó alzándose con el cetro europeo.

Otro error inexplicable será el que le aparte de disputar la final de 2012, pues en una acción que no debería ser propia de un jugador de su nivel y experiencia se auto-expulsó por una agresión en la vuelta de las semifinales contra el FC Barcelona.

Durante estas últimas temporadas, Abramovich echó el freno en cuanto a cantidad de fichajes por temporada, sin embargo, no se rasgó las vestiduras a la hora de gastar cantidades ingentes de dinero en jugadores que posteriormente no demostraron su coste, sonados son los fichajes de Shevchenko y Fernando Torres por 35 y 58 millones de euros respectivamente, los 21 millones de Zhirkov o los más de 25 por Wright-Phillips. Fichajes casi a la desesperada para combinarse con un bloque ya experimentado junto con algunos traspasos algo más meditados y a los que no les vamos a quitar mérito. Ivanovic, David Luiz, Ramires o Mata son aciertos de la actual directiva y que darán muchas alegrías a los aficionados de Stanford Bridge.

Torres y Mata

Si bien las idas y venidas de jugadores no han dado tranquilidad a las oficinas de los “blues”, los entrenadores no han sido para menos, Mourinho, Avram Grant, Scolari, Hiddink, Ancelotti, Villas-Boas y Di Matteo han ocupado el banquillo de Stanford Brige desde la llegada de Roman Abramovich, todos con el mismo objetivo, y curiosamente, los que más cerca han estado eran entrenadores interinos (Grant y Di Matteo).

El 19 de mayo será probablemente la última oportunidad de Abramovich de ganar la Champions League con los baluartes de su primer proyecto a la cabeza, Drogba, Lampard y Cech. Habrá que estar atentos de ver si el magnate ruso querrá seguir invirtiendo tales cantidades de dinero en caso de un nuevo fracaso.